Todo aquel que desea alcanzar un objetivo y no desviarse del camino, es importante que establezca una serie de fundamentos sobre los cuales basar todos los pasos que da. En la iglesia no es distinto.
En el famoso relato de «La Gran Comisión» que encontramos en todos los evangelios, Jesús no solo encomienda a sus discípulos un objetivo a alcanzar sino una serie de normas que deben seguirse a la hora de trabajar por alcanzarlo.
16 Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. 17 Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. 18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
San Mateo 28:16-20
En Kristau Etxea estudiamos y aplicamos la Palabra de Dios con la ayuda del Espíritu Santo que vive en nuestros corazones. Por ello es que también nosotros contamos con una visión (un objetivo) y una misión (pautas):
Una iglesia que sigue a Jesús…
Nuestra meta es seguir a Jesús lo más cerca posible. Sabemos que nunca alcanzaremos siquiera a estar cerca de ser como Él en cuanto a conducta, perfección, humildad, amor, etc. Sin embargo, eso no es impedimento para que nos esforcemos a diario por tratar de imitarlo.
…abierta a todos…
La Biblia es la Palabra de Dios y nos muestra cómo Él es. Como bien dice Juan en una de sus cartas: «Quien no ha conocido a Dios, no conoce el amor; porque Dios es amor». La mayor muestra de amor la tiene Dios con nosotros al aceptarnos tal y como somos, incluso siendo responsables del sufrimiento que su Hijo tuvo que soportar en la cruz. Si Dios no nos ha rechazado y abre sus brazos para todos los que se arrepienten, ¿cómo vamos nosotros a contradecirle y rechazar a quienes aún no le conocen?
…bilingüe y misional…
No creemos que Dios nos haya puesto en el precioso municipio vasco de Tolosa, en pleno corazón del País Vasco, por casualidad. Sabemos que Él tiene el deseo de que los tolosarras (gentilicio vasco para los habitantes de Tolosa) le conozcan y acepten como su Señor y Salvador, y estamos seguros de que Él nos quiere utilizar para alcanzar los corazones de cada uno de nuestros vecinos.
Por ello, y por encontrarnos en un pueblo profundamente vasco, nuestro deseo es poder comunicar el evangelio en el idioma local, el euskera, porque no debe haber barreras de ningún tipo ante el conocimiento personal de Dios y de su Hijo Jesucristo.
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